Voy a aprovechar los días en los que estoy tumbado a la bartola, resarciéndome con creces de esas cervezas que, salvo un día de entreno fuerte, me he privado durante todo el año para llegar en las mejores condiciones a agosto, y así escribir las entradas al blog que resuman las jornadas que viví en la Cycling Dolomiti.
Era el reto de este año, y lo documentaré a mi manera: nada de datos excesivamente técnicos de desarrollos, pendientes, y tiempos; que de eso ya se encargan los expertos cronistas de las revistas especializadas. Yo comentaré las anécdotas, las sensaciones, y los sentimientos que, al igual que yo, me transmitieron mis compañeros de expedición.
Era el reto de este año, y lo documentaré a mi manera: nada de datos excesivamente técnicos de desarrollos, pendientes, y tiempos; que de eso ya se encargan los expertos cronistas de las revistas especializadas. Yo comentaré las anécdotas, las sensaciones, y los sentimientos que, al igual que yo, me transmitieron mis compañeros de expedición.
Antecedentes: Once ciclistas del Club Ciclista Mirandés nos embarcamos en la aventura de compartir junto a Pirenaica.com la nueva experiencia de conocer algunos de los puertos míticos italianos, en un proyecto que se iba a llamar Cycling Dolomiti. Durante el año, y cada uno a su manera, fuimos sentando bases a fuerza de entrenamientos y marchas en las que muchos coincidíamos. El mes de julio era la piedra de toque. A los menos entrenados, les alentábamos que el objetivo no era inalcanzable porque la filosofía y los responsables de Pirenaica.com no iban a permitir que nadie no disfrutara en pleno de la aventura.
Así, la expedición mirandesa estaba formada por LuisFer, Luishino, Baybay (el Torrijas), Yulius (el Tato), Kike (el Tatín), Javi (Batman), Paco (Frío-frío), JesusA (el Presi), Adrián, JaviDF, y yo.
De izda. a dcha: Paco, Yulius, Kike, JaviDF, Javi I., Fernando D., Adrián, JesusA, Baybay, Luisinho, y LuisFer |
Omitiré algún detalle “non grato” del viaje, comentando únicamente que las bicis las llevamos a Urzainki, y que desde allí Pirenaica.com las transportó en el camión, y que nosotros hicimos el viaje a Milán en avión, vía Madrid, el día 6. Ese mismo día, y en un hotel anexo al aeropuerto de Malpensa, nos fuimos reuniendo con organización y participantes. El martes 7, un autobús nos llevaría a todos hasta Bolzano, donde dejaríamos las bicis preparadas para la primera etapa.
Primeros km. por carril bici |
Obergummer. Al fondo, Bolzano |
La tónica dominante en las bajadas sería que todas iban a ser reguladas en la cabeza por Biktor o por otro miembro de la organización. ¡Menos mal! ¡Cuántos sustos se habrán evitado! Esta del Obergummer no iba a ser muy larga, y tras un desvío a la izquierda llegamos a Nova Levante para atacar el COSTALUNGA. Nos empezábamos a meter en carreteras con mucho tráfico, y las grupetas se transformaban en hileras, o todo lo más en tercetos o duetos. Uno de estos duetos tuve el gusto de formar con el que a la postre sería todo un crack de la expedición, el simpar Oscar, de Chiclana. Hice casi toda la subida del Costalunga con Paco, pero a sabiendas que otros del club venían por detrás, seguí con Oscar quien no paraba de elogiar mi rueda a base de…, -¡qué rinmo má güeno, Fennando!- Cuando llegamos a la altura de un lago que había a nuestra derecha, me paré a hacer unas fotos. Oscar continuó, pues quedaba algo menos de 2 km. para el “passo”. Retomo la marcha y vuelvo a coger a Oscar. Es en ese momento cuando Luis Romeral viene desde atrás con otro, y me voy a su rueda hasta arriba. Otro reagrupamiento, otro avituallamiento, y más fotos. A pesar de la buena temperatura, los tiempos de espera obligan a que mínimamente te pongas un chubasquero para no quedarte frío. Como siempre, la organización te lo recogerá al final de la bajada.
En el Passo Costalunga |
Las curvas, o “tornatis”, están numeradas. En la 5 cojo a Luis (cuñado), y me dice que me vaya tranquilo a mi ritmo. Pregunto a unos ciclistas que bajaban que cuántas tornantis hay. -¡Venticincueeee!- me responden. Si ya estoy en la 8, esto se va a pasar en un volao. ¿Qué ocurre? Pues que “tornantis”, y por tanto señalizados, son aquellas curvas con giro de 180º; las curvas menores no cuentan. Y de la 8 a la 9 hubo un trecho largo. Creo recordar que a la altura del tornanti 18 estaba el desvío al Passo Pordoi (a la derecha), y en él Merilén para indicarlo. La opción de Pordoi era una escapatoria para quien quisiera reducir la etapa y bajar directamente a Arabba. Pregunté, de coña, a Merilén que para dónde iba, y me dijo: ¡Tú, a la izquierda! …Y es que la fama ya le precede a uno, y no hay escaqueo que valga.
Después de ese cruce uno empieza a ver la dimensión de estas montañas y la grandiosidad de su paisaje, y en ese gozo volví a pararme para sacar otra foto. Sin saberlo, estaba capturando el mismo encuadre que Pirenaica.com había elegido para ilustrar el libro de ruta. En ese tornanti veo que suben los Tatos (Yulius y Kike). Les espero y, cuando están a mi altura… …¡Zas, mega-fotaco!
Terminamos de hacer la subida juntos. Los vehículos nos esperan a unos 400 mts del inicio de la bajada. La altitud del Passo Sella (2.244 mts) se refleja en la sensación térmica, pues todos buscamos el abrigo de la ropa y del terraplén para comer un poco.
Los Tatos en plena ascensión al Sella |
La bajada es bastante rápida y el ascenso al Passo Gardena es casi un trámite. Luego, la bajada hacia Corvara es un poco más larga, pero más controlada y por una carretera muy ancha; Biktor manda en la cabeza del grupo.
Pasamos agrupados por Corvara. Al comienzo de la subida a CAMPOLONGO, Biktor deja la cabeza de grupo para indicar dónde esperar a las furgonetas para dejar ropa. En este passo, Biktor dio indicaciones de cómo llegar al hotel en Arabba, por lo que su descenso fue gradual y a rueda libre. En el hotel nos enteramos que Jesús Mª Urra, de Estella, se cayó en esta bajada. Todo un hacha con su bici de montaña y frenos de disco, y un eterno de nuestra Triple Corona.
Biktor (Pirenaica.com), se sumaría a la foto del passo |
Trayecto 1ª Etapa Dolomitas (Bolzano-Arabba)
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