sábado, 24 de agosto de 2013

Triple Corona 2013 como piedra de toque

Desconectando de los problemas
(Pto. Ribas de Tereso - Nov-12)
Ser aficionado al ciclismo y hacer pruebas de mediana-alta dureza no solo exige sacrificio, sino también suerte. Este factor suerte interviene en serie, al igual que en un circuito eléctrico, con otros factores que actúan en paralelo. Estos pueden ser: el factor personal/social, el factor laboral, el factor salud y, cómo no, el factor motivación.
En resumen, si uno de estos últimos te falla tendrás que apoyarte mucho más en los otros. ¡Ay amigo, pero como a última hora no tengas suerte...! Suerte de no caer enfermo, de no comprometerte a demasiadas cenas, de no perder el trabajo, de que tu mujer te pille con la querida, -o tú a ella con el querido-, que se te rompa la bici, una caída, ... En fin, que hay montones de posibilidades capaces de hacernos pasar una temporada en blanco, o al menos de  truncarnos ese objetivo un poquito más ambicioso que nos habíamos fijado.
Pues bien, este año 2013 ya empezaba con el factor motivación por los suelos: cambios determinantes en el factor laboral, poca gente en el club que estuviera por la labor de meterse en fregados (a excepción de algún clasicómano y de los fijos para Lagos, Castro, o Peña Cabarga), encontrar ese huequillo para pasar por quirófano y hacerme un "overhauling" en la rodilla, etc., etc. 
Pero tenía una espina que sacarme, y era con la Irati Extrem. El año pasado fue una debacle en la que, aunque todos acabamos, la forma de encarar Larrau y los tiempos obtenidos fueron catastróficos. 
¡¡¡Crack!!! Al inicio de temporada tocó cambiar de cuadro 

Una piedra de toque para esta prueba iba a ser la realización de la Triple Corona. Para aquellos que no lo sepan, esta prueba no se celebra desde el año 2001, y actualmente sólo la hacemos como salida de club. Dejo colgado el track, pues el recorrido bien merece la pena para conocer y medirse con dos grandes puertos de la zona de Miranda como son Herrera y Orduña.


Así, con la Irati Extrem el 15 de junio, hacer la Triple justo una semana antes me iba a venir de perlas.

Las previsiones meteorológicas para el 8 de junio ya venían pasadas por agua diez antes. Desde el Club Ciclista Mirandés se comenzaron a enviar comunicados a través de Facebook de la posibilidad de suspensión, o de hacer un recorrido más corto; a fin de cuentas, que no se esperaba llevar a término.
KDD con C.C. Bidebieta (Leitza - 11/05/13)

Como a mí me hacían falta kilómetros, y lo que menos desmotivación, me propuse hacerla solo, partir una hora antes, y completar el recorrido de 171 kms. 
Con esto, salí de casa a las 6:50h. dirección hacia Zambrana. Me sorprendió encontrar a las orillas de la carretera, según pasaba por Santa Cruz de Fierro, acumulaciones de granizo de la tormenta de la noche anterior. Algún tramo de la carretera está totalmente cubierto de barro arcilloso producto de los arrastres de la tromba de agua.
Al bajar de casa, en el ascensor, me he dado cuenta de que la bici ha perdido unos tapones que tiene el cuadro en las roscas para sujetar la batería del cambio electrónico -que no tengo-. Asciendo hacia Peñacerrada pensando en el agua que me pueda entrar al cuadro a través de esos agujeros. Me paro en Berganzo, y con el cartón de una cajetilla de tabaco preparo unos filtros que introduzco en las roscas y que me quedan de p... m.... ¡Vamos, que ni el más porreta los habría hecho mejor!

Subo el Pto. de Ribas de Tereso a marcheta y a partir del cruce de San Vicente de la Sonsierra se me calientan los ánimos. ¡Tranqui Fernando, que hay que hacerla toda de seguido!
En Herrera me regulo muy bien. Será la cuarta vez que lo suba en 2 semanas. Una vez en la cima, me pongo el chubasquero y me tiro para abajo. Enfilado en la recta que llega a Peñacerrada me cruzo con Javi Íñiguez que subía. Me dice que una grupeta ha comenzado a subir Ribas. Yo sigo con mi plan.

Salida invernal con Javi dF y Kike (Valderejo - 26/01/13)
Peñacerrada, Ventas de Armentia, Treviño, y Añastro, son los siguientes pasos. De momento, ni gota de lluvia. Llevo ya 78 km. Me suena el móvil. Es Paco Oviedo para preguntarme dónde estoy. Me espera en la Puebla de Arganzón. Yo dudando de si estaría con la bici o con la moto, y el cacho güevón aparece con el coche, ¡y vestido de ciclista! Le digo que no me siga pues inconscientemente me hará ir más forzado; así que le mando para adelante. En el repecho de Tuyo me da un bidón de agua y ya se queda detrás mío hasta bajar a Pobes. Le invito a que se vaya por la ctra. de Subijana a Cárcamo (3318) para que acceda a Orduña por ese lado y baje un tramo con la bici -que lleva en el coche-. Nada, ni caso; pues se sigue quedando.
Buen ritmo en todo el tramo de Zuazo hasta Abornikano y, justo cuando llegaba a este pueblo, el diluvio. La que podía estar cayendo para que los coches que venían detrás mío en el repecho antes de llegara Izarra no se atrevieran a adelantarme.
Al paso por Izarra disminuye la intensidad de la lluvia, pero ésta será constante hasta descender la Barrerilla. Precaución aquí, pues el asfalto tiene muchísimo agua. En la recta de la BI-2521 que llega a Orduña aprovecho para ir comiendo un poco y quitarme el chubasquero. Ya no llueve.

Le digo a Paco que me espere en la cima del Pto. de Orduña, pues así subiré mejor. Tengo buenas sensaciones de piernas y no quiero forzar. Quiero ir a la Irati Extrem a pasarla, no a exprimirme. Hacer la Triple con la sensación de que me he reservado es una técnica que me ha funcionado siempre para luego hacer otras pruebas más exigentes. Un gel al cinto, y para arriba.

En la recta con mayor pendiente, a falta de 2 km., se empieza a echar la niebla. 

Desde el mirador Paco me intuye y echa unas voces. El muy perro no ha bajado ni la bici del coche. Una vez en el alto, comienzo otra barrita y desciendo hacia Berberana. La carretera está seca y bajo rápido. Sin cebarme, ruedo fuerte por Osma, Espejo, y Bergüenda. Llegando al cruce de La Pilastra (Puentelarrá) hago señas a Paco para que pare allí. Me quedan 12 kms. y ¡qué leches! me apetece una cerveza. Estuvimos unos 15 minutos comentando la jornada desde el punto de vista de quien la vive desde el coche y de quien la padece desde la bici; tras ello nos despedimos, pues él se iba para Altable.

Arranco tras la que iba a ser la única parada de la ruta, y al llegar a Fontecha me cruzo con Javi de la Fuente quien ha venido a mi encuentro esperando verme más lejos. ¡Y gracias a la cervecita, que si no...! Javi lleva el chubasquero todo embarrado producto, según me cuenta, de un revolcón tonto en el tramo de Santa Cruz de Fierro. Volvemos juntos a Miranda a un ritmo que me hace ganar confianza para la semana que viene. 

Veremos qué es capaz de hacerme Larrau. 
   


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