jueves, 30 de agosto de 2012

Cycling Dolomiti: 6.- Santa Caterina – Santa Caterina (Mortirolo-Gavia) 114 km.

Expectación máxima para la etapa que se nos presenta. Algunos tenemos claro que tras haber hecho el Angliru hace exactamente un mes, el Mortirolo no nos va a hacer echar el pie a tierra.
La gente se parapeta de chubasqueros, manguitos, perneras, etc. etc. para bajar a Bormio, pues la mañana parece más fría de lo habitual. Ya nos quejamos de vicio, pues la mínima ha sido de 9 ºC.
A partir de Bormio, la ruta nos permitirá circular paralelos a la carretera SS-38 por una vía cerrada al tráfico, la cual sigue en suave descenso por un valle con unos márgenes en los que los ingenieros han hecho una gran obra. Seguimos dentro de los límites del Parque nacional del Stelvio. La tranquilidad sólo se verá alterada cuando, yendo por un desfiladero, una moto y un coche nos adelantan a gran velocidad, dejando muy claro que van en persecución el uno del otro. El coche era camuflado de la policía y, cuando nos pasaba, estuvo a punto de perder el control en un bandazo. A escasos segundos, lo haría un coche oficial también con las sirenas y con un agente asomado a la ventanilla pistola en mano. Todos los componentes del grupo nos hacíamos nuestras cábalas durante los siguientes kilómetros sobre lo que habría pasado, aunque no tuvimos que esperar mucho, cuando a la entrada de Sondalo ya les han dado captura y les vemos en el suelo. ¡De película!
Calles estrechas y animadas en Grosio y Grosoto, antes de llegar a Mazzo di Valtellina. Los de este pueblo deben estar hartos de ver a ciclistas mear en las estribaciones del MORTIROLO. Y es que haber quién se atreve a atacar este mito con la “cantimplora” llena. Llevamos 42 km. y son 12 km. de subida. 
La carretera en algunos tramos no llegará a los 2 mts. de anchura, y se hace muy comprometido el que te adelante o que se te cruce un coche; porque lo que es ciclistas, vimos más bien pocos.
Negociando el Mortirolo

Ya se sabe lo que es una subida de este tipo; un trámite en el que la ley de supervivencia dicta que metas todo el desarrollo que tengas, que mantengas un ritmo que no te saque de punto, y que seas capaz de mantener una conversación con quien tengas a tu lado. Con estos mandamientos, y atendiendo a que en el km.8 justo después del tornanti 12 estaba el monumento a Pantani, allí que llegamos. Durante unos 8 minutos estuvimos haciendo fotos a todo aquel que iba llegando y se sumaba al reportaje. Menos mal que nuestra chica, Eva Smerdova, que ya estaba perdiendo el resuello,  se recuperó tan rápido como en cuanto la JesusA se ofreció a asistirle mediante técnicas de respiración un tanto sospechosas. 
En el monumento a Pantani. Km.8 del Mortirolo
Poco a poco fuimos abandonando este monumento erigido a la memoria de Marco Pantani por la Asoc. de Ciclistas Profesionales de Italia, en abril de 2006, y retomamos la parte final de la subida que, a partir del km.9, prometía ser más asequible. 
Quise hacer unas fotos sin gente y por eso me retrasé un poco en abandonar esa curva. Luego, sería cuestión de ir cogiendo gente. De los que hemos parado, JaviDF es el que tiene ha cogido más ventaja. Le tengo a la vista, y en esta parte de la subida no es fácil ver a gente más allá de 100 mts. por delante debido a las curvas. Me pongo a su altura y paso hacia adelante. La pendiente da un respiro y tenso la pedalada. Bajo un piñón, …dos. Levantado encaro los dos últimos kms. Aquí, la carretera hace una gran revuelta, lo cual me permite comprobar que mi ritmo no era fácil de seguir, y que el hueco se ha hecho muy grande. Mucho ambiente en la cima, donde Paco Oviedo está expectante a que vayamos llegando.
Angliru, Mortirolo... No Limits!

No sé, pero el alto de este puerto me ha defraudado un poco. Creo que en España mitificamos un poco más estos santuarios ciclistas; pero en comparación con el Angliru, el Mortirolo parece el hermano pobre. ¡Y eso que Mazzo di Valtellina y Vega de Riosa están hermanados, que si no…!  También esperaba una bajada un poco más radical, …y tampoco fue para tanto. Después de 12,5 km. el descenso nos dejó en Monno, en el cruce con la carretera SS-42.
Debido al tráfico, tocaba volver a formar grupos de 8 y salir cada 3-4 min. para hacer los 15 km. que nos separaban de Ponte di Legno. Esta vez me tocó con Íñigo, quien comandaba el grupo a un ritmo más bien exigente, pues antes del km. 10 ya rodábamos 100 mts. detrás de grupo anterior.
Ponte di Legno es una ciudad que está marcadamente destinada al turismo de esquí, y prueba de ello son las instalaciones de aprendizaje que hay sin necesidad de acudir a pistas de altura. A la salida del pueblo abandonamos la carretera principal y tomamos un desvío a la izquierda que tras 1 km. de bajada nos meterá de lleno en las primeras rampas del PASSO GAVIA que, lejos de ser duras nunca superarán pendientes del 8% en sus primeros 7 kms.
La organización nos avisó que la carretera sería estrecha y que el apoyo se daría desde una furgoneta. Lo cierto es que no encontramos mucho tráfico, lo cual se agradecía. Mientras, al menos en nuestro grupo, no nos poníamos de acuerdo si el ritmo bueno de subida era el de los que estaban delante, o por el contrario debíamos esperar a que empalmaran los que venían unos metros atrás. Finalmente nos juntamos algunos de los que hemos coincidido en el cruce de inicio de puerto, ya que muchos ya habían comenzado la escalada hace tiempo; entre los que estábamos, Javi Íñiguez, Baybay, JaviDF, Fernando Acosta, Luis Mª López (Vicálvaro) y yo.
Salida del túnel del Gavia y últimos km. de subida
Entramos en un terreno de curvas, sombrío, y de carretera estrecha; luego, aunque se mantienen las curvas, la carretera se abre al cielo. Nos ha pasado la furgoneta. Al final de las curvas, ascendemos siempre con el valle a nuestra izquierda. El grupo se ha roto. JaviDF se ha ido hacia adelante, pero me sigue Baybay y mi verdugo en el Passo Giau, Fernando Acosta. Al rato, emerge por mi izquierda Javi Íñiguez. ¡Hombre Javito, tú por aquí! –digo dándole la bienvenida de nuevo al grupo. ¡Calla, no me hables! –responde. Joder, yo había oído hablar de la concentración y motivación del deportista profesional, pero esto roza el paroxismo. Y yo, bien mandado, a callar. Pero como callado me aburro, pues comienzo a aumentar el ritmo, y más cuando veo a JaviDF que está a punto de entrar en el túnel del Gavia. 
Llevamos 13 kms. de subida y estamos a falta de otros 3 kms. cuando la negrura de este túnel hace que sea dificilísimo mantener la línea recta dentro de él. Vemos como un ciclista se ha ido descaradamente hacia la pared de la izquierda; menos mal que no venían coches. Mi ritmo es sostenidamente más vivo, y prueba de ello es que Baybay se ha quedado a la entrada del túnel, y junto a F.Acosta hemos rebasado a JaviDF y a Pedro González, de Vicálvaro. El túnel tiene una longitud de unos 550 mts. y además dentro de él aumenta la pendiente. A la salida, mi GPS está tan desorientado como yo. Y no hablemos de mi colega colombiano, que después de decirme que mi rueda era muy linda (sic), redondea la frase diciéndome que no puede aguantar. Hago por esperarle y le animo a hacer juntos el resto del puerto, pero ha bajado mucho el ritmo. Son 2,4 kms. lo que queda y es mi distancia para poner la guinda a mi decimoctava ascensión de la Cycling Dolomiti. Antes de las dos últimas curvas con forma de zeta, paso a la derecha de un lago represado, y veo a Kike Ansótegui tomando la primera de ellas. Antes de llegar a la segunda ya le he alcanzado y rebasado, pero cuando tomo la curva me doy cuenta que estamos en el kilómetro final y que vamos a perder las vistas de este valle que nos ha encantado. 
Con Kike en el Gavia

¡…Y es que en el fondo, uno es un “Panorámico”!, con lo que se impone dar media vuelta y sacar unas fotos a los colegas. Kike se queda conmigo. Van llegando JaviDF, Pedro Glez., Luis Mª, F.Acosta, Baybay, y Javi, "el mandacallar". Ya en la cima, van apareciendo Paco, Yulius, y Adrián, que no olvidará el salvamento que Yulius le acaba de hacer.
Hay un gran cartel en el Gavia conmemorando el 50 aniversario del Refugio Bonetta, con una imagen retrospectiva de este paso de montaña en el Giro. Empezamos 8 para una foto, y acabamos casi más que en la foto del Stelvio. Como siempre, ponemos a prueba la gran paciencia de Marcela, una de las acompañantes de Cycling Dolomiti que, después de esta aventura, se habrá diplomado en Fotografía Compacta. Siempre con una sonrisa. Un saludo.


Me comentan que Pirenaicos de pro, inmersos en otra expedición, han coincidido hace unos minutos en el Gavia. Borja y MariCarmen, otro saludo para vosotros.
Apenas empezábamos a saborear la bajada, pararía de nuevo con Oscar y JesusA en un monumento de la I Guerra Mundial a cuyo fondo colgaba otro glaciar. Digamos que me motivaba más el paisaje glaciar que el símbolo bélico.

La bajada a Santa Caterina, no podía ser otra cosa que un homenaje que nos hagamos a nosotros mismos, y esta vez vaya que si me lo di. Como la gente ya había bajado por libre, me quedé solo y disfruté como hacía tiempo que no lo hacía bajando. Para colmo, alcanzo a mi amigo Paco, con lo que haremos el fin de la Cycling Dolomiti juntos. Lo de meterle en otros retos será tarea para la temporada que viene; de momento, en la cena de hoy (y aquí me delato) le pido a Biktor que le lance un mensaje para que no abandone la bicicleta. ¿Siendo el primero de los de Miranda en subir el Mortirolo? Creo que tiene mecha para rato, muchas emociones que transmitir, y unas pocas de veces más en las que llamarme g##d##o c#b##n.

Trayecto 6ª Etapa: Santa Caterina - Santa Caterina  

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